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Aluminio y elementos tóxicos
Los estudios y análisis realizados en los últimos años han
puesto de manifiesto el escaso respeto medioambiental
del aluminio, el cual, para poder ser utilizado como material
constructivo necesita ser sometido a una serie de procesos
cuya problemática medioambiental está fuera de toda duda.
Por una parte, se ha descubierto que durante los pre-
tratamientos a los que se somete el aluminio se emplean
gran número de elementos químicos catalogados de
tóxicos. Por ejemplo, los decapantes utilizados para
limpiar el metal puro antes de imprimarlo y lacarlo, con
aplicación de acrílicos y poliéster, o el Acetato de Níquel
para proteger el anodizado del aluminio, han sido
catalogados de tóxicos o cancerígenos por la Organización
Mundial de la Salud (OMS) y la
Occupational Safety and
Health Administration
(OSHA) de Estados Unidos.
La exposición prolongada a estos productos químicos
puede causar graves efectos sobre la salud de las
personas, incluida la muerte.
Por otra parte, se ha demostrado que el aluminio puede
afectar el crecimiento de determinadas especies de árboles
como el Haya o el Abeto, al ser atacadas sus finas raíces
por los productos intermedios usados en la obtención de
este metal; o desarrollar tumores en ballenas que viven
en aguas cercanas a refinerías de aluminio.
PVC, máximo respeto medioambiental
En el lado contrario se sitúa el PVC, en cuya transformación
tan sólo se emite vapor de agua a la atmósfera, y que hoy
por hoy puede reciclarse al 100%, convirtiéndose en el
material más duradero y eficiente de cuantos se utilizan en
la fabricación de puertas y ventanas.
Ventajas y prestaciones de las ventanas de
PVC
versus las ventanas de
aluminio
El PVC es el material más completo, competitivo y eficiente de aquellos utilizados en la fabricación de
ventanas y puertas. Y así se pone de manifiesto en la nueva normativa que regula la construcción en
España, el Código Técnico de la Edificación.
Por el contrario, la madera es un material en desuso debido especialmente a sus altos costes y a su
tendencia al agrietamiento; y el aluminio, aceptado hace años como un sustituto barato de la madera, ha
mostrado en los últimos tiempos una serie de características y particularidades que lo hacen inaceptable
para la fabricación de ventanas y puertas de calidad.
Durante el proceso de fabricación del PVC y su
posterior transformación en ventanas y puertas, sólo
se emite vapor de agua a la atmósfera, y no se genera
ningún tipo de emisión de contaminantes a ríos y
aguas subterráneas.
Además, el PVC es un material muy fácil de reciclar y una
vez recuperado puede utilizarse de nuevo en diversas
aplicaciones tan variadas como un simple jersey, suelos
de vinilo de alta resistencia, muebles de terraza y tuberías.
Incluso los despuntes y restos de producción de ventanas
son reciclados sin ninguna dificultad.
El ahorro de energía que se genera durante su
transformación es alto si lo comparamos con la energía
consumida por otros materiales para realizar
aplicaciones similares. Al mismo tiempo, debido a su
bajo peso, dicho ahorro energético es también muy
evidente en su transporte, el cual requiere menos
combustible que cuando se trasladan materiales
alternativos.
Aluminio y Aluminio RPT
,
reducidas prestaciones como
aislantes
El aluminio es un muy buen conductor del calor,
afirmación que podemos avalar con nuestra experiencia
diaria con los radiadores de calefacción de las viviendas,
o con una simple sartén de este material que se calienta
rápidamente al colocarla al fuego, y que de no ser por
el material aislante del mango, nos quemaría la mano.
Lo mismo ocurre con una ventana.