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El aluminio también es muy susceptible de tener
problemas de corrosión electroquímica por la diferencia
de potencial entre metales. Esto es habitual cuando se
fija una ventana de aluminio con tornillos de acero,
donde el aluminio simplemente desaparece en torno
al tornillo de fijación.
Otros agentes como la salinidad del aire en zonas
costeras o la contaminación ambiental en grandes
ciudades atacan también a este metal, generando
fácilmente y en un plazo de tiempo muy corto, corrosión
en las puertas y ventanas creadas a partir de esta
materia prima.
PVC, ventanas inalterables
Por contra, las ventanas de PVC no se ven afectadas
por el clima o la contaminación. Lluvia ácida, salinidad,
contaminación industrial, pesticidas, fertilizantes y
otros agentes contaminantes que están presentes en
nuestro día a día son inofensivos para el PVC, de
modo que las ventanas de este material se mantienen
inalterables durante toda su vida útil y jamás ven
afectada su estabilidad estructural.
Las ventanas de PVC no se pudren, no se astillan, no
se desconchan ni se descascarillan. Incluso en caso de
rayas superficiales serán fáciles de disimular
, porque
todo el color está en la masa del perfil. Tampoco se
alabean o decoloran, manteniéndose como el primer
día durante toda su larga vida útil, estimada en un
periodo superior a 50 años.
La condensación en las
ventanas de aluminio
La condensación es otro problema de las ventanas
de aluminio. Dada su alta conductividad térmica, las
superficies interiores de la ventana alcanzan
temperaturas muy bajas en invierno (pared fría)
provocando la condensación de la humedad relativa
del aire en el interior de la habitación. Este
desagradable efecto (ventanas mojadas) puede
causar importantes desperfectos en las paredes,
cortinas, parqué, muebles, etc.
PVC, ventanas sin condensaciones
El PVC, gracias a su elevado aislamiento térmico,
minimiza el riesgo de condensación, evitando los
desagradables efectos mencionados.
Ventanas de aluminio: corrosión
galvánica y escasa resistencia
en sus esquinas
Es comprensible que uno piense que una ventana de
aluminio pueda ser resistente porque está hecha de
rígido metal. Sin embargo, el material de los perfiles
que la componen juega un papel menor en la
resistencia, en comparación con la acción de las fuerzas
de la naturaleza en su plano.
Una ventana o puerta falla habitualmente por la acción
de esfuerzos de corte lateral –perpendicular al plano
de la ventana– inducidos por la acción del viento y
asentamientos diferenciales de las estructuras,
provocando fuerzas de empuje hacia los costados de
la ventana y elevadas concentraciones de tensiones
en las esquinas. Por ello, lo más importante es prestar
atención a la forma en la que se unen los perfiles en
las esquinas de la ventana.
Control de calidad de los perfiles Veka